http://www.youtube.com/watch?v=rFk62SlHpzs CANCION DE TDK "NI HABLAR"
TERRORISMO, DESTRUCCIÓN Y KAOS. Tras las iniciales de una anodina marca de casetes se ocultaba la declaración de principìos de este grupo punk.
Tras el nombre de una conocida marca de casetes se escondían las siglas de Terrorismo, Destrucción y Kaos. Toda una declaración de intenciones de estos madrileños a mediados de los ‘80, cuando parecía que todo lo que había en la capital era ‘la movida’.
Sus sonidos acelerados les han hecho ser uno de los grupos pioneros del hardcore estatal. Su repercusión, tal y como cuenta Magüu, el batería del grupo, traspasó fronteras: “En España no nos hicieron ni puñetero caso en ningún sitio. Alguna entrevista en radio y alguna referencia mínima en prensa, poco más: no éramos representantes de la maloliente ‘movida madrileña’, ¡menos mal! Sin embargo, en EE UU sí hubo repercusión: Jello Biafra se congratuló de nuestra existencia y valoró como especial, en un país como el nuestro, el trabajo que hicimos con los dos primeros discos. Se podían escuchar en la radio y fuimos incluidos, en la emisora de punk y hardcore por excelencia de la época, TURMOIL, en la lista de los diez mejores grupos de punk hardcore del mundo de aquella época. De lo cual nuestra idiosincrasia no nos ha permitido vanagloriarnos nunca, es un dato y punto. La música te gusta o no, ya está”.
Rabia musical
Esto es una empresa capitalista (1985) y Carnevision (1986) fueron los dos primeros de una lista de cinco discos. En ellos reflejaron su rabia musical y lírica, mientras que en los otros tres que completan la lista la banda se interesaría por sonidos diferentes. “La diferencia fundamental entre ellos es que Alfonso dejó de cantar con nosotros y como trío decidimos dar rienda suelta a inquietudes musicales de otra onda, no de poder reivindicativo y crítica social. Pensábamos que el mundo del hip hop estaba cerca de nosotros y sabíamos lo que significaría muy pronto”, comenta Magüu.
Si pensamos en esos años, en el punk y en sus letras, las drogas aparecen por sí solas: “Hoy día todo esto de las drogas es mucho más fácil que en nuestra época de jovencitos inquietos, la información fluye y la historia enriquece, autodestruirse con todo lo que se sabe es poco más que una estupidez. Sin embargo, entonces mucha gente no se drogaba y hoy tampoco. Muchos de los que se drogaban no están para contarlo y no son héroes; vivir el punk es mucho más que ser un drogadicto, pero cada uno elige”.
En la actualidad TDK continúan haciendo conciertos en los que su espíritu punk y hardcore sigue intacto. Magüu ve así el paso del tiempo: “Para aquellos que hoy día viven como se vivía entonces no existe diferencia y los grupos de ese entorno suenan igual que entonces. Sólo difiere el hecho de que hay más gente que vive mejor y más despreocupada, por tanto el punk no es interesante, para qué luchar o reivindicar... ¿Has escuchado algún tema punk en la radio en los últimos 11 años? Yo no”.
Que un grupo como éste siga adelante es de agradecer; es una forma de mantener viva una llama que se encendió hace ya 22 años y que al igual que el punk tiene cuerda para rato: “Siempre tendrá vigencia, igual que el soul, el rock&roll, el ska, etc., porque siempre habrá gente que se acerque al círculo que mantiene vivo ese espíritu. Es ley de vida, la historia está condenada a repetirse una y otra vez hasta el infinito”.
Tras el nombre de una conocida marca de casetes se escondían las siglas de Terrorismo, Destrucción y Kaos. Toda una declaración de intenciones de estos madrileños a mediados de los ‘80, cuando parecía que todo lo que había en la capital era ‘la movida’.
Sus sonidos acelerados les han hecho ser uno de los grupos pioneros del hardcore estatal. Su repercusión, tal y como cuenta Magüu, el batería del grupo, traspasó fronteras: “En España no nos hicieron ni puñetero caso en ningún sitio. Alguna entrevista en radio y alguna referencia mínima en prensa, poco más: no éramos representantes de la maloliente ‘movida madrileña’, ¡menos mal! Sin embargo, en EE UU sí hubo repercusión: Jello Biafra se congratuló de nuestra existencia y valoró como especial, en un país como el nuestro, el trabajo que hicimos con los dos primeros discos. Se podían escuchar en la radio y fuimos incluidos, en la emisora de punk y hardcore por excelencia de la época, TURMOIL, en la lista de los diez mejores grupos de punk hardcore del mundo de aquella época. De lo cual nuestra idiosincrasia no nos ha permitido vanagloriarnos nunca, es un dato y punto. La música te gusta o no, ya está”.
Rabia musical
Esto es una empresa capitalista (1985) y Carnevision (1986) fueron los dos primeros de una lista de cinco discos. En ellos reflejaron su rabia musical y lírica, mientras que en los otros tres que completan la lista la banda se interesaría por sonidos diferentes. “La diferencia fundamental entre ellos es que Alfonso dejó de cantar con nosotros y como trío decidimos dar rienda suelta a inquietudes musicales de otra onda, no de poder reivindicativo y crítica social. Pensábamos que el mundo del hip hop estaba cerca de nosotros y sabíamos lo que significaría muy pronto”, comenta Magüu.
Si pensamos en esos años, en el punk y en sus letras, las drogas aparecen por sí solas: “Hoy día todo esto de las drogas es mucho más fácil que en nuestra época de jovencitos inquietos, la información fluye y la historia enriquece, autodestruirse con todo lo que se sabe es poco más que una estupidez. Sin embargo, entonces mucha gente no se drogaba y hoy tampoco. Muchos de los que se drogaban no están para contarlo y no son héroes; vivir el punk es mucho más que ser un drogadicto, pero cada uno elige”.
En la actualidad TDK continúan haciendo conciertos en los que su espíritu punk y hardcore sigue intacto. Magüu ve así el paso del tiempo: “Para aquellos que hoy día viven como se vivía entonces no existe diferencia y los grupos de ese entorno suenan igual que entonces. Sólo difiere el hecho de que hay más gente que vive mejor y más despreocupada, por tanto el punk no es interesante, para qué luchar o reivindicar... ¿Has escuchado algún tema punk en la radio en los últimos 11 años? Yo no”.
Que un grupo como éste siga adelante es de agradecer; es una forma de mantener viva una llama que se encendió hace ya 22 años y que al igual que el punk tiene cuerda para rato: “Siempre tendrá vigencia, igual que el soul, el rock&roll, el ska, etc., porque siempre habrá gente que se acerque al círculo que mantiene vivo ese espíritu. Es ley de vida, la historia está condenada a repetirse una y otra vez hasta el infinito”.
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