martes, 23 de octubre de 2007

ESPASMODICOS




http://www.youtube.com/watch?v=jhryrQ3sZi8 CANCION DE ESPASMODICOS "DIAS DE DESTRUCCION"

- En 1975, muerto Franco, dio comienzo en España la llamada transicicón a la democracia, una etapa en la que los ciudadanos pudieron disfrutar de una libertad sin precedentes. La situación se presentaba como el caldo de cultivo idóneo para que de la juventud surgiesen todo tipo de iniciativas, y es en medio de esta vorágine de cambios y libertades recién descubiertas donde encontramos al núcleo de Espasmódicos: José Mota, Enrique Arnal y César Sánchez, tres amigos que trataban de exprimir cada alternativa válida para escapar del aburrimiento. Les interesaba mucho todo lo relacionado con las artes plásticas, y eran grandes aficionados a la música. Su predilección eran los grupos duros (Black Sabbath, Led Zeppelin...) y los sonidos menos ortodoxos (Hawkind o Kraftwerk), pero empezaba a ser cada vez más dificil indentificarse con lo que hacían los artistas de rock; lasgrandes estrellas parecían seres de otra galaxia y el estado general de la música era de aburguesamiento y repetición de esquemas.

El Punk
- Afortunadamente aparece el Punk, y una irrefrenable marea de bandas surgidas de los suburbios de Londres, Nueva York y otra serie de urbes post-industriales renovarán por completo el panorama musical: los Ramones, Sex Pistols, Damned, Buzzcocks, Dead Boys y cientos otros, que abogaban por recuperar el espíritu lúdico, irreverente y liberador que nunca debió perder el rock y mostraban una total falta de respeto por todo lo establecido. Ya no era necesario ser un virtuoso para formar un grupo de música, bastaba tener algo que decir y la desfachatez suficiente para gritárselo a la cara al resto del mundo. El punk es acogido en España, como en todo el mundo civilizado, con inusitado terror por parte de los adultos, y con los brazos abiertos por toda una generación de jovenzuelos hartos de represión y con muchas ganas de desmadre. Los protagonistas de esta historia encuentran en él la banda sonora perfecta para aquellos convulsos años.Tras una primera reacción de repulsa generalizada, el punk acabaría infiltrándose en nuestro país, con contados aliados en la radio (Onda 2 principalmente) y la prensa escrita (Disco Exprés, Star, Vibraciones), y ya en 1977 funcionan en España los primeros combos consagrados a la causa: Ramoncín & WC y Kaka de Luxe revolucionan Madrid, mientras que La Banda Trapera del Río, Basura, Mortimer y Peligro alborotan Barcelona. Algunas de estas bandas publicarán discos en 1978, pero ese mismo año la prensa se apresuró a enterrar el punk, sustituyéndolo por la más manejable y rentable Nueva Ola, que en seguida haría su aparición en Madrid de mano de Nacha Pop, Zombies, Radio Futura, Aviador DRO o Las Chinas.Sin embargo seguían existiendo y apareciendo grupos punks en todos los confines del globo, y en Madrid empezaron a sucederse las visitas de gente como 999, Siouxie and the Banshees, los Stranglers, y, sobre todo, los Ramones, con el histórico concierto que ofrecieron el 26 de septiembre de 1980 en la plaza de toros de Vista Alegre. Todo el mundo parecía haberse puesto de acuerdo en dar por muerto al punk, pero una nueva camada de bandas les mostraría su error asolando toda la península desde el despuntar de la nueva década.
Sufriendo Espasmos. 1981
- Espasmódico: Relativo al espasmo. Que provoca o padece espasmos. Convulsivo, tembloroso, agitado, crispado.Espasmos: Contracciones de los músculos generalmente dolorosas. Suelen ser indicio de un problema neurológico, y pueden estar asociados a sobredosis o efectos secundarios de algunas drogas.En los setenta, los supuestos representantes del punk español fueron básicamente oportunistas de todo pelaje, vetustas bandas de rock-bronca reconvertidas, o niños ricos conectados con la última moda londinense. Pero entre 1980 y 1981, en todo el estado aparecieron infinidad de nuevos cachorros que con las ideas más claras habían sabido asimilar y hacer suyas la ética y las estéticas del punk. En Madrid, el motín lo protagonizarían entre otros PVP, La UVI, Parálisis Permanente, La Broma de Ssatán, Delincuencia Sonora, Larsen, OX Pow, y, por supuesto, Los Espasmódicos. La chispa que desencadenó el espasmo fueron los Dead Kennedys; después de escuchar Holidays in Cambodia en un bar, totalmente alucinados, Jose, Cesar y Kike deciden formar un grupo cuya música pudiese capturar esa sensación insana y de desasosiego. La importancia de los Dead Kennedys será capital durante los primeros años ochenta; hasta ese momento, los grupos punks españoles tenían sus raíces en la hornada inglesa del 76-77, y con excepción de los Ramones o algunos grupos anteriores (NY Dolls, Stooges, etc.), carecían de influencias americanas. Los Kennedys muertos introdujeron en España a la nueva generación de punks americanos y canadienses (DOA, Circle Jerks, Black Flag, etc.), avanzadilla del incipiente hardcore. También se recibirá con regocijo por estos lares la segunda oleada punk británica, que llevaba bullendo en las islas desde finales de los setenta: Adicts, GBH, Discharge, Crass, Anti-Nowhere League, Killing Joke y un largo etcétera serán reverenciados por las bandas recién formadas. Las preferencias de los Espasmódicos, aunque con gran aprecio por los primeros francotiradores ingleses (Sex Pistols, Sham 69, Rezillos, Buzzcocks…), siempre se decantaron hacia las bandas americanas (Dickies, MDC, o los inevitables Dead Kennedys).Después de escoger uno de los nombres más precisos y definitorios que haya tenido jamás una banda, los miembros de Espasmódicos proceden, en la más ineludible tradición punk, a cambiar los suyos: Jose pasa a ser J. Siemens, Kike decide apellidarse Kruel, y Cesar se convierte en CSG71; también establecen, al azar y casi por sorteo, la tarea que desempeñará cada uno en el grupo. De la guitarra se hará cargo Jose, Cesar tocará el bajo y a Kike le tocó el micrófono. Kike y Jose pronto se distinguirán como principales compositores, el primero como letrista y Jose firmando la parte musical.A punto estuvo el grupo de frustrase antes de empezar, cuando a principios de 1981 propusieron a Kike Kruel cubrir la baja en Parálisis Permanente de Javier Benavente, que había partido a hacer la mili. Kike llegó a realizar una prueba, con la que el grupo quedó satisfecho (Eduardo le regaló un poster de Sid Vicious), pero final y afortunadamente, Parálisis Permanente decidieron continuar como trío y Kike no llegó a ser miembro. Si todos los comienzos son duros, a principios de los ochenta las dificultades impuestas a una banda de rock parecían insalvables: conseguir instrumentos, un lugar donde ensayar y, lo más importante, un baterista que encajase en sus planteamientos (y se adaptase a la velocidad de sus temas) fueron escollos que ralentizaron la puesta a punto del grupo durante varios meses. Habiéndose hecho ya con un equipo medio decente, empiezan a machacar sus primeros temas en el sótano de un colegio, un lúgubre cuchitril infestado de ratas que comparten con el grupo Reprisex, y que en seguida sustituirán por los locales Faico, sitos en la calle Embajadores y por los que pasarían muchas otras lumbreras del punk y la nueva ola capitalina: Ramoncín, Los Zoquillos, Los Coyotes, Glutamato Ye-yé, o el cuarteto femenino Pelvis Turmix con quienes Espasmódicos compartían la lonja. Por fin logran cubrir el puesto de batería con la persona idónea, Carlos Torero, otro entusiasta de la nueva ola al que los Espasmódicos introdujeron en los sonidos más duros y que se convertirá también en seguidor del punk americano. A Carlos, antes de la llegada de la new wave le gustaban el jazz-rock y Frank Zappa, era unos años menor que el resto del grupo y poseía bastante más experiencia como instrumentista. Su entrada propicia la consolidación de la banda y supone el verdadero comienzo de Los Espasmódicos.

Molestando a Los Vecinos. 1982
- Contagiados de la urgencia del momento, en cuanto el grupo consigue cuadrar bien tres temas deciden autofinanciarse su primera grabación. La inexperiencia les lleva a meterse en el primer estudio que ven y recalan en uno carísismo: Eurosonic, poniéndose además, en manos de técnicos acostumbrados a manejar canción ligera y que jamás en su vida habían escuchado el tipo de sonido que los Espasmódicos querían conseguir. El resultado de esas sesiones acabará viendo la luz en forma de E.P. en el sello D.R.O. (Discos Radioactivos Organizados), primer sello independiente de Madrid, junto con Grabaciones Accidentales, y al que seguirían otros como Dos Rombos, Spansuls, Goldstein o Tres Cipreses. Había sido fundado en 1982 para dar cobertura al grupo Aviador DRO, y acabaría albergando a gran parte de la nueva ola española vista la total desorientación que mostraban las multinacionales del disco en ese terreno (por no hablar del absoluto desinterés hacia todo lo que no fuera pop fácilmente digerible).El disco saldría publicado a mediados de 1982 con el título “Recomendado para molestar a su vecino”, y aunque dista mucho de capturar el auténtico sonido de los Espasmódicos, supuso uno de los artefactos más radicales y estruendosos publicados hasta entonces por una banda española. La precisa contundencia de la base rítmica, taladrada por unos recios guitarrazos que ni la torpe labor de estudio había conseguido suavizar, y la convincente voz de Kike, dirigían unos temas que sonaban pegadizos y redondos a la vez que abrasivos. La cara A contenía Enciendes tu motor, corte en el que Kike combina con soltura su pasión por las motos con una cínica y decepcionada visión de la realidad; Karlos, saxofonista de Polansky y el Ardor, aporta versatilidad al tema con su instrumento. Es quizá su canción más popular, aunque las dos gemas albergadas en la cara B no le van a la zaga: Ni eficiencia ni progreso y Están deseando que te pongas a temblar. La música de Espasmódicos se debatía entre el punk primigenio más visceral, con especial querencia Pistols, y el proto-hardcore yanqui de los Dead Kennedys, si bien resolvían sus influencias con presteza y desde el principio quedó patente la genuina personalidad del conjunto. Las letras, siempre de Kike, suponían un punto y aparte, muy por encima de consignas torpes o poses forzadas, eran desesperados alegatos nihilistas aderezados con una lucidez reveladora; Espasmódicos siempre se mantuvieron alejados de cualquier tendencia o postura política, lo suyo era una interpretación catastrofista e inteligente del mundo circundante remozada de cinismo y de un exquisito mal gusto. La cuidada presentación del 7” será otra de las constantes en la carrera de la banda, en este caso la portada era un collage desplegable a lo Alternative Tentacles, confeccionado por Titanes Planetarios, el seudónimo bajo el que operaban Jose y Kike en calidad de diseñadores gráficos. Titanes Planetarios, además de todas las portadas de los discos de Espasmódicos, dejarían su impronta en las carpetas de otros artefactos punk (Desechables, Toreros After Olé o el recopilatorio “Punk Que? Punk”)Sin embargo, la publicación del E.P. no reportó grandes alegrías a la banda, debido sobre todo a la famélica promoción que DRO hizo del disco, del que Espasmódicos no recuerdan haber visto un duro. Lo que más lamentaban era que la discográfica no les hubiese conseguido ningún concierto; la música de Espasmódicos estaba hecha para ser vomitada en vivo, pero pocas veces lo consiguieron.

Kaos y Descontrol
- Espasmódicos debutaron en directo en la sala Carolina (C/ Bravo Murillo), consiguiendo una gran respuesta de público, y en su segundo bolo tuvieron la oportunidad de actuar fuera de la Villa y Corte, concretamente en Valladolid. Sin embargo, el número de conciertos dados por la banda durante sus tres años de existencia no sobrepasaron la media docena (llegando en una de estas ocasiones a ser descalificados de un concurso por, literalmente, no despegarse de la barra del bar a tiempo). El grupo se resarcía en parte de la desoladora escasez de actuaciones convirtiendo sus ensayos en multitudinarias celebraciones, con sus seguidores pogueando salvajemente al son del alcohol y los apocalípticos ritmos del cuarteto.Su mejor actuación, ya con el grupo perfectamente engrasado, ocurrió en el Fantasy Music Hall, un cabaret de travestis que con los años se convertiría en la sala Siroco. Jose era vecino de los dueños y consiguió convencerlos sin saber éstos muy bien donde se metían hasta que fue demasiado tarde: una horda de crispados punks abarrotó el local y en la media hora escasa que duró el concierto destrozaron por completo el garito. Hasta el baño quedó impracticable. Era el tercer concierto de la banda.Los recitales punks podían ser muy violentos y era frecuente que en el fragor del pogo se desencadenasen peleas. En ocasiones el recinto sufría las consecuencias del devastador entusiasmo de la audiencia, y muchos grupos punks empezaron a verse incluidos en la lista negra de las principales salas debido a la fama que arrastraban sus seguidores. A menudo esto era simplemente una excusa de promotores e instituciones para prohibir todo lo que oliese a punk. Espasmódicos estaban vetados en varios locales, entre ellos Rock Ola (“templo” de la nueva ola española), y ello les impidió descargar su propuesta ante la audiencia adecuada, llegar a un público amplio, o, cuando menos, tocar con cierta regularidad. La falta de bolos acabará causando mella en la banda.Donde sí lograrían actuar sería en televisión, y por partida doble. En verano de 1982, registran Están deseando que te pongas a temblar en vivo para Pista Libre, espacio que recogía conciertos y entrevistas con grupos madrileños del momento; y poco después Carlos Tena ofrece a la banda la oportunidad de grabar dos canciones e interpretarlas en play-back en su programa Caja de Ritmos.El programa de Pista Libre es el único documento grabado de la ponzoñosa descarga que eran los Espasmódicos en directo, una contagiosa explosión de energía. En el vídeo, Kike sale con la cara surcada de cicatrices al haber tenido el día anterior un aparatoso accidente de moto en el que arrastró la cara por el suelo. La actuación para Pista Libre propiciará además el encuentro entre la banda y Maguü, a la sazón batería del grupo Cronopio, de Pozuelo de Alarcón. Maguü trabará desde ese momento una duradera amistad con Espasmódicos.Para Caja de Ritmos grabarán dos temas en los estudios Track: Serafín, una parodia cargada de mala leche de los muchos freaks que circulaban en esos tiempos, y Días de Destrucción, en la que vuelven a recrearse en una escabrosa crónica de histeria colectiva y aniquilación. Los números, en la misma línea que los registrados para su anterior E.P., son si cabe más compactos, y a pesar de la total compenetración entre todos los elementos de la banda, destaca, por la saña del rasgueo, la guitarra de Jose. Otras dos píldoras del mejor punk capaces de resucitar a un muerto.Sin embargo, poco después de grabar estos dos temas, Carlos Torero decide abandonar Espasmódicos. Ni siquiera llegará a aparecer en el play-back de Caja de Ritmos, en el que es sustituido por Pilar, la chica de Kike, que simula tocar la batería oculta en las sombras. El programa, emitido en enero de 1983, fue uno de los pocos que vió la luz, ya que Caja de Ritmos desaparecería después de que pasaran por él las Vulpess, cuarteto punk femenino de Bilbao, que con una versión del I Wanna Be Your Dog titulada Me gusta ser una zorra consiguieron crear mayor revuelo que cualquier otro grupo punk, movilizar a todos los sectores reaccionarios de la sociedad y, de paso, dejar claro que España, a pesar de sus punkies, de su movida madrileña y de otros inventos similares, distaba aún mucho de ser Europa.Pero volvamos a Los Espasmódicos. Carlos Torero compartía con el resto del grupo la impaciencia por tocar, y había perdido su interés en la banda. Tras unos meses como excepcional batería punk ya había dado muestras de querer experimentar otras cosas y dejaría el grupo para comenzar una meteórica carrera de baterista que le llevaría a las filas de Inkilinos del 5°, Polansky y el Ardor, Los Coyotes, Números Rojos, Seres Vacíos o Radio Futura, entre otros muchos. En la actualidad y desde 1989 regenta su propio estudio de grabación: Rock&Soul.El sustituto de Carlos será Maguü, aunque en sus grabaciones, el grupo contratará los servicios de Carlos de Yebra, un batería profesional.

El Futuro Hemos Matado. 1983
- 1983 es recordado por el propio grupo como una pendiente abajo. Además de las dificultades propias de toda banda de rock (mantenimiento y financiación de local y equipo, ensayar regularmente, convivencia de varias personalidades diferentes, etc.), Espasmódicos deben afrontar la ausencia de beneficios y la frustración de no poder soltar en público su corrosivas composiciones. El ambiente constante de descontrol, drogas y violencia que se vivía en la época tampoco ayudaba a estar en el sitio adecuado en el momento correcto. Por suerte aún tendrían la oportunidad de dejar su impronta en otros dos vinilos, lo que mantuvo a flote a la banda.Rocky, un amigo del grupo, acababa de fundar un nuevo sello independiente, Pi-Musikra, y piensa en los Espasmódicos para su primera referencia. Será un minielepé con cinco temas registrados en Track, los dos emitidos en Caja de Ritmos, y otros tres que habían grabado con Carlos de Yebra a la batería: Mata, El día que me falló Superman y Soy cruel, nuevas combinaciones entre las letras de Kike, cada vez más retorcidas, y el crispado discurso musical de Jose, al que Carlos de Yebra había conseguido adaptarse con soltura en estudio. En la carpeta, de Titanes Planetarios, se mezclan terroristas, víctimas, y visiones alucinadas de un incierto futuro entre desperdicios. El maxi, otra obra imprescindible para cualquier amante del punk, se acompañaba de un libreto de doce páginas con las letras de todos los temas de Espasmódicos, incluidos tres que quedaron inéditos (Muy mal, Religión, Caos y descontrol).Entre tanto, D.R.O. estaba preparando un elepé recopilatorio de bandas punk españolas que titulará “Punk Que? Punk”, y requiere un par de cortes de Espasmódicos. Titanes Planetarios, además, recibirán el encargo de diseñar la portada del disco: una rata muerta. Siete bandas (Urgente, Carne de Psiquiátrico (que firman el primer corte como PP Tan Solo, seudónimo de uno de sus miembros), No, N-634, Seguridad Social, KGB y Los Espasmódicos) integrarán los surcos del vinilo con resultados desiguales; el plástico contiene buenos temas (destacan sobre todo Urgente, KGB o Seguridad Social), pero suena fatal. La excepción son precisamente Espasmódicos, que además de aportar los dos mejores números del álbum, exhiben un sonido más robusto y brillante que el resto. Las canciones de Espasmódicos son Tía, vete a cagar (la cariñosa despedida de Kike a una ex-novia) y 1943 (una versión del Belsen was a gas de los Sex Pistols con otra letra pero el mismo trasfondo nazi). Ambas son soberbias y provocan en el oyente incontenibles estallidos de adrenalina. La letra de 1943 les reportó alguna crítica en fanzines sin sentido del humor dispuestos a tergiversar el mensaje de lo que no era sino otra enumeración de atrocidades marca de la casa. El recopilatorio evidencia que la propuesta de Los Espasmódicos era de las más sólidas de todo el estado.

El fin
- El último concierto del cuarteto (ya con Maguü a los parches) tuvo lugar el 18 de junio de 1983 en Campo de Criptana. Era un festival organizado por el propio grupo en el que, además de Espasmódicos, convinieron participar La UVI, Zoquillos y OX Pow, aunque las dos primeras bandas no harían acto de presencia. El resultado fue, según recuerda Kike, desastroso. No volverían a subirse a un escenario.El grupo se siente en un callejón sin salida, y el malestar generado acrecienta unas diferencias que ya habían hecho aparición entre los miembros de la banda: la discusión de si un grupo debe ser únicamente una diversión sin responsabilidades o un proyecto que exige dedicación y esfuerzo, anunciaba el fin de los Espasmódicos. La gota que colmó el vaso cayó un día desde el cielo de Zaragoza en forma de chaparrón: una tormenta, después de un año de asfixiante sequía, impidió la celebración de un festival en el que Espasmódicos eran participantes, y toda esa energía fruto de las intensas sesiones de ensayo, esperando a ser descargada desde el escenario, acabó consumiendo a la banda. Fue el fin de una de las mejores bandas de punk-rock que jamás hayan existido. Su historia es efímera, llena de tensión y rabia, como sus temas: diez joyas de música agresiva y directa, que se conservan frescas y cortantes al paso de los años y que hoy pueden encontrarse reunidas en cedé (Potencial Hardcore) o vinilo (Munster Records).

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